Loterías y apuestas del estado, como un gesto de integración, decide que el sorteo de navidad de este año sea cantado por los residentes de un hospital psiquiátrico. Uno de los internos o pacientes, con unas capacidades excepcionales de calcular, en uno de los ensayos previos, advierte a sus compañeros del numero que saldrá premiado en dicho sorteo. Esto pondrá en marcha la mente aguda de otro de los internos que ideará una estrategia para conseguir, combinando las habilidades y cualidades de cada uno de sus compañeros, todas las series posibles del premio, para ello necesitan mucho dinero que no tienen, pero que gracias a poner todo su talento en común no tendrán problema en conseguir. ¿Les acompañará la suerte…?
Esta obra, es un tratado de cariño y respeto hacia los enfermos que viven en mundos paralelos dentro del que habitamos, y quién sabe, si también hayan sido tocados por una gracia divina.
El desafío que tenemos entre manos, no es el reto de lograr que las sonrisas, risas y carcajadas que pueden provocar determinados personajes en variopintas y cómicas situaciones, se queden en el instante del gag o del impacto del chiste fácil, sino mostrar a esas personas tal cual son, en carne y hueso, con sus “rarezas”, con sus debilidades y aciertos, y con una complicidad llena de cordura a la que muy poca gente es capaz de llegar.
En el proceso de creación del montaje, estos entrañables personajes nos han dado una gran lección: la vida es como un bombo de lotería, donde sentimientos, ilusiones, esperanzas y oportunidades, se mezclan aleatoriamente con desgracias, miserias, accidentes y tropiezos, pero a pesar de todo, se puede sobrevivir y ser feliz con el número que te toque, porque al fin y al cabo, cada uno tenemos el nuestro. O, como ellos dicen, “cada uno tenemos lo nuestro”.
El director.